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Recuerdo Reprimido


Elena se levanta en un cuarto que no reconoce. Está cubierta por un edredón, al moverse nota que no tiene puesto su calzón. De hecho, la única prenda que tiene es un sostén. Con pánico trata de pararse pero la cabeza le da vueltas. Tiene ganas de vomitar, el tequila se siente fresco en su garganta. Torpemente busca en el cuarto su ropa interior, está junto a unas botellas vacías de alcohol.

A lo que recoge el resto de sus cosas encuentra un condón seco y usado, sin embargo el portador no terminó ahí. Su garganta necesita agua con desesperación mas escucha a lo lejos unas pisadas. Se detiene unos segundos, decidiendo si desea conocer a la persona detrás de la puerta.

Elena apoya su oreja sobre la puerta del cuarto tratando de identificar algún movimiento. Tiene ganas de ir al baño, no sabe si a vomitar. Con el mayor silencio posible abre la puerta y lentamente asoma su cabeza. No hay nadie, se encuentra en una sala pequeña y desordenada. En una esquina se encuentra el baño, Elena observa el inodoro desde la entrada del cuarto. Necesita ir, pero está la posibilidad que aquel desconocido vuelva pronto y ella no quiere encontrarse con él. Elena coge sus cosas y se acomoda el vestido. Sale de ese departamento temblando, no sabe si son los nervios, el miedo o la vergüenza.

Emprende el viaje a su hogar, no reconoce las calles y tiene una presión en el pecho que la atormenta. La luz de atardecer le da directamente en los ojos, por lo que no puede ver claro y la inunda unas náuseas inexplicables. Con cada paso que da, se siente observada, perseguida. En la virada de una calle, se golpea con el carro de compras de una familia saliendo del supermercado. El impacto provoca que se maree incluso más. Sin poder aguantar, corre a un dispensador de basura a medida que el vómito se escapa de su control. Devuelve todo lo que ingirió el día anterior y un poco de sangre cubre los restos de lo que en algún momento fue su comida. Elena contempla su vómito, la inundan las ganas de llorar, quiere llorar a todo pulmón. No recuerda nada, no entiende cómo terminó en esta situación. De repente, alguien le tira de su vestido. Es la niña de la familia, quien está devolviéndole sus llaves. Se da cuenta que su cartera ha estado abierta todo el tiempo, quizás más cosas se han caído en su camino. No le importa, ella no va a regresar sobres sus pasos. Los padres, recelosos, llaman a su bebé mientras Elena agarra fuerzas para continuar su peregrinaje.

Elena se observa en el espejo de su baño, tiene un ojo hinchado y un cachete inflamado. Quizás se cayó estando ebria, ya le ha pasado antes, aunque jamás ha tenido moretones como estos. Trata de enjuagarse la cara, quitarse los restos de maquillaje y lavarse los dientes. Todo le cuesta hacer, cada acción le duele. Mientras se limpia la nalga en el inodoro, nota en el papel higiénico una mezcla entre sangre y excremento. Un breve grito se escapa de su garganta. Elena tira todo en la válvula y baja la tapa, no quiere ver.

Cansada e incómoda, se quita su vestido y ropa interior para entrar a la ducha. Se da cuenta que tiene un morado verdoso en una de sus costillas y al intentar lavarse su vagina, siente un ardor fuerte. Se revisa y ve que está hinchada, por lo que trata de echarse agua fría, poco a poco la alivia. Elena se queda en la ducha varias horas, por momentos llora aunque no sabe exactamente el motivo. De repente, se escuchan unos golpes en la puerta, Elena sale de los pensamientos que le acribillan la cabeza. La está llamando su compañera de cuarto, quien quiere saber si tuvo una buena noche. Elena guarda silencio unos segundos, mientras coge un espejo pequeño y revisa que, en efecto, está terriblemente lacerada su vagina. Con esfuerzo busca en su memoria el indicio de alguien, no recuerda nada. Ni un rostro, ni un nombre ni algo que explique como ella terminó en esa habitación. Finalmente indica que sí fue una buena noche, pero no quiere hablar de eso. A la vez que escucha que su compañera se aleja, Elena se sienta en el suelo de la ducha esperando que el agua la limpie por completo.

 

Autora: Carlett Decker Santistevan

Guayaquil, Ecuador. Licenciada en cine de la Universidad de las Artes con mención en Dirección y Guión. Se dedica a la escritura de relatos cortos y guiones. Actualmente se encuentra trabajando un proyecto de cortometraje y en el desarrollo de su primer largometraje. Recientemente publicaron un texto de su autoría en el Fanzine “Evitemos Acercarnos” de la Editorial Medio Pan en España.

 

Autora: Carlett Decker S.

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