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Soy, somos, seremos


Buenas días, me presento; Soy la mujer a la que le cuesta levantarse por las mañanas, vestirse con una sonrisa y salir a la calle intentando no pensar que tal vez nunca más vuelva a ver la puerta de su casa.

Soy la mujer que revisa todo cinco veces antes de salir a la calle, porque cualquier excusa es buena para retrasar el calvario que es afuera.

A veces pienso que es mejor encerrarme en mi habitación y no salir nunca más. Pero la psicóloga dice que podría ser un principio de agorafobia, mejor hacer listas sobre qué cosas saldrían bien si aprendo a “manejarme sola”, que quizás en comparación con las cosas que podrían salir mal, me termino dando cuenta de que pienso cosas incoherentes, pero sentirme independiente no supera el miedo de terminar en un bolsa.

Exageras, dicen las personas al pasar, que veo todo negativo, que me vuelvo catastrófica, que no veo la realidad, pero a mi parecer tantos nombres en las noticias, robados durante el día… no son una exageración.

A veces pienso que soy la única que llora durante horas cada vez que piensa en que un año nuevo inicia y voy a tener que cruzar la ciudad con mis pies, acompañada del infaltable silbido enfocado en mi parte de atrás. Todos los días…

Tengo diagnosticado trastorno del sueño, porque al parecer mis neuronas no están bien, y mi psiquis no consigue tener un sueño regular, pero para mí el mundo tiene un trastorno si desde que cumplí los diez años veo en mis pesadillas un lugar oscuro por el cual camino en soledad y repentinamente alguien me persigue, no puedo caminar y me ataca. El trastorno es la sociedad si cada vez que intento observar el rostro de mi atacante es un hombre y al despertarme mi sueño se hizo realidad en la tv.

Soy la mujer que tiene ataques de pánico en el boliche, porque siente que se asfixia entre una multitud donde los abusos son naturalizados y que te huelan el pelo mientras caminas es el plato principal.

Soy la mujer que cuando tuvo su primera experiencia amorosa, creyó que le revisaran el celular era algo correcto, porque los celos son normales, incluso son buenos, son tiernos, son dulces y si no te matan por amor ¡Entonces no te amaban tanto!.

Soy la mujer que tiene heridas en los brazos, porque la sociedad le enseñó a callarse, a guardarse las palabras en el cuarto oscuro de su mente y las únicas que podían gritar eran sus muñecas.

Soy la mujer que se dejó rechazar porque su talla sobrepasaba la media, y si sos gorda es tu culpa por no hacer dieta y si no te alcanza para hacer dieta jodete, por pobre.

Soy la mujer que raíz de ello, buscó en internet cómo quitarse esos kilos de más y encontró millones de páginas que detalladamente le explicaban como ser ana o como ser mía.

Soy la mujer que se encerraba en el baño de la escuela para vomitar lo que comía como un intento de desprenderse también de todas las burlas que recibía.

Soy la mujer que no sale, pero no porque no quiere si no, porque no puede, porque su garganta se cierra, sus manos se empapan y su racionalidad se ciega.

Soy la mujer que no mejora, que lo intenta todos los días, todas las semanas, todos los años pero no lo consigue porque necesita ayuda y no la tiene. Soy la mujer a la que apuntan con el dedo y señalando susurran que su depresión es un patético intento de llamar la atención y que sus ataques de pánico son fingidos. Pero, nadie se preguntó como se sentirá vivir sintiendo que vas a morirte todos los días, y ahogarte por las noches en el intento de no acabar con todo vos misma antes de que alguien más crea tener el derecho de borrarte.

Soy la feminazi, la quilombera, la exagerada, la que no aguanta, la que no espera y la que no quiere seguir aguantando más, vivir en este sistema al que le importan más los chismes que las muertes que nos esperan.

Porque sí, nacimos en una sociedad donde los culpables son las víctimas y los verdaderos culpables deambulan por la sociedad, impunes y libres, mientras nosotras luchamos por poder salir de nuestras casas y volver a ellas con esa misma libertad.

Soy la mujer que no tiene nombre, porque su apodo no tiene origen y porque si mañana me muriese mi cara quedaría estampada en una foto que con el tiempo sería olvidada.

Soy todas y cada una de ellas, las que están en casa, las que están afuera, las que luchan, las que critican, las que lloran, las que ríen, las que viven, las que mueren y las que fueron asesinadas. Soy yo, son ustedes, somos todas. Somos, las que renacen del pavimento, como leonas reuniendo nuestra manada, juntando nuestras fuerzas y cantando “ni una menos, ni una muerta más” porque nosotras tenemos miedo pero los que van a tener miedo ahora van a ser ustedes

 

Autora: Wanda Ailen Pereyra

Nací en Villa Regina (Rio Negro) en 1997. Actualmente soy estudiante de Psicología en la facultad de ciencias de la educación (UNCo). Soy ex integrante del grupo “apasionados por las letras” perteneciente al Círculo de escritores del Comahue. Partícipe en publicaciones como: Cuarta antología del círculo de escritores del comahue, Primavera de letras (2013). Quinta antología del círculo de escritores del comahue, Tintas difusas (2014). También fui articipante de: la 10º, 11º y 12º Feria del libro Ciudad Cipolletti, de la 2º Feria internacional del libro Neuquén (2014) de la 3º fiesta nacional de la educación física Cipolletti (2015) del evento cultural “Cuore di nonna” UNCo Neuquén (2015) de la charla "PD: me ha hecho poeta la vida" (2015)Por otro lado participé de maratones de lectura nacionales en escuelas (2015/2016/2017/2018). Coordinadora de un taller de literatura en la escuela 258 Cipolletti (2015)

Instagram: lil Witch @wandi_ailen

Imagen: de Femimutancia Foto de Marina Klein de una muestra en el CC Recoleta (2019) @marinakleinx

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