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Algunos retazos del Errante Clandestino


Esto de ser una persona, me estaría costando un huevo. Esta semana voy a estar vendiendo amor a un precio relativamente justo en la plaza. Porque las nubes merecen algo mejor que ser penetradas constantemente por tantos aviones sin su consentimiento. Alguna vez imaginaste como seria el mundo si le quitamos cada metro cuadrado de injusticia? Cuando un padre abandona a sus hijxs quien paga los platos rotos?

No todos los chistes son de humor, ni todas las hamacas son paraguayas. Solo quiero que me regalen un regalo que lo pueda regalar sin que nadie se ofenda. Acá hay hambre de gloria y sed de reconocimiento, y hacen falta puertas que se abran y nos lleven al mundo de las caricias. Somos inconexiones conscientes que inconscientemente se conectan.


Tenemos muchos dialectos y lenguas para decir las mismas cosas. Muchas vestiduras para definir a una persona. Un diccionario de posibilidades infinitas para decir la palabra amor. Planetas que influyen energéticamente a otros planetas, lunas que mueven océanos, malas decisiones que rompen corazones y pulverizan montañas. Canciones que apagan incendios mentales y nos reconfortan. Cálculos para medir la temperatura de una mentira. Pastillas para transportar nuestras carencias, temores y malestares al sepulcro. Artificios y trucos de magia para ser mas buenos, mas bonitos y mas baratos. Y poetas tenemos en el menú, muchxs poetas, para digerir a las cosas simples de una manera compleja.

En los sentimientos están las respuestas, que les preguntamos a los espejos con los ojos empañados de inseguridad. Cada vez que llueve me ladra el corazón buscando que la alegría salga de la cucha a mojarse y bailar. Alguien dejo las estrellas encendidas esta noche y se quedo durmiendo en los colchones del bosque, con el pecho incinerado de pasión. Si no sos un hámster caminando en la rueda de la rutina, porque tenés los pies tan gastados? Si tu mente o tu cuerpo no vuelan, quién será que te quebró o te ató las alas? Mañana podés volver a ser ese pájaro carroñero que le pica el alma al universo o ese mosquito que le chupa la sangre a la muerte para no dejar de existir entre caníbales que se mastican de amor. No dejes que te ahorquen los relojes, ni te aplasten los bancos ni que te despierte a mitad de la noche el arrepentimiento de no haber hecho ese que quisiste. Siempre hay tiempo, siempre le podemos secuestrar una nueva posibilidad a la vida y pedir rescate. Es probable que lo improbable sea posible, si nadamos en el mar de la insistencia, y no permitimos que nos ahoguen en la pobreza los guardavidas que mal gobiernan las ricas playas que nos vieron nacer. Aunque los canzoncillos del mundo a veces tengan un fuerte olor a culo, no hay que bajar los brazos, porque el lavarropas de la esperanza siempre va a estar disponible.


 

Textos e imágenes de Mauri Lopez




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