Apocalipsis de squirt
Tomaste mis piernas y casi me arrancaste los calzones
esa diminuta tanga transparente que se te enrollaba
en los dedos… en las manos. Vi como lentamente
acercabas la enorme osamenta de tu cabeza a mi
entrepierna. Me volviste loca, esa vez
nuestra primera vez… me volviste loca.
Primero pensé que tal vez no era para tanto
pero luego el calor… la temperatura y
los vellitos de mi piel… gritaban lujuria
esa que te envuelve y te hace tartamudear
hasta el cansancio… hasta el cansancio.
Al tercer día no lo pude soportar y te busqué
mi temperatura no bajaba, no bajaba.
Me recorriste con los ojos…
Me recorriste con las manos…
Me vuelves loco.
-Dijiste
¿… y tú a mí?
Te prendiste a mi clítoris como se
prenden los borrachos al alcohol.
Todo mi cuerpo se estremecía… temblaba
como si estuviera poseída por un demonio.
Una especie de fuente lanzó chorros de un
líquido transparente… transparente.
Toda una vida, todos los recuerdos, todas
las noches de ausencias quedaron sepultadas
en un apocalipsis de squirt.
Autora: Nadia Chípuli
Es poeta, amante de los cuentos de Julio Cortázar y las poesías de Gabriela Mistral y Fernando Pessoa. Nutricionista con posgrado en alimentación y deporte por la UCES en Buenos Aires. Traductora por el ITESM en Monterrey y Correctora por el Instituto Mallea en Buenos Aires. Radicada en Buenos Aires de 2005 a 2016, actualmente vive en Monterrey donde se dedica a las Letras y a sus pacientes.
Imagen de escultura de Bernini
Texto gentileza de Artis Nucleus
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