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Selva privada


" Cuando miras largamente al abismo, el abismo

mira dentro de ti "


Friedrich Nietzsche



Así, entre la bruma, como suelen hacer los espectros, en el rincón más inesperado, a la hora menos conveniente, así apareció mamá y no hubo forma de desaparecerla. Ella siempre fue obstinada. A las sombras y humedades de una selva privada no debería asomarse nadie. Solo ella se atrevería a destemplar mi noche con su invocación.


─ Toda oveja negra se lo merece. Es por tu bien.


El hechizo de hacer frente con los ojos, con la postura o con lo que tuviera a mano me estampó la libertad en el cuerpo para evitar que el ángel del exterminio se abalanzara.


Mamá tendría que guardar los huesos sueltos de plegarias embebidas en agua bendita. Ignora que no puede alcanzar a esta que soy. Es descabellado pretender adentrarse en mi espesura mutilando con incienso los ruidos y aromas que me amparan.


Entre los rescoldos de una hoguera. En medio de un rito al cobijo ancestral de las rocas. En la mente polvorienta de una médium. Ahí me puede encontrar, pero nunca rozar. No soy la niña escondida debajo de una capa roja. Soy la loba, acecho en lo oscuro con pensamientos que desgarran y aniquilan a mi paso. Mamá debería, en este instante, empezar a correr. Incluso las apariciones pueden ser despedazadas por un séquito de alimañas ávidas de sangre, no de un Cristo, pero sí de una adoradora de estatuas con la mirada congelada, ahora y en la hora de la muerte.


Me aproximo a la roca en el medio del claro. Ella no puede llegar a este altar con letanías enquistadas en el santuario de las culpas inconfesables. Se llega después del holocausto de costumbres heredadas, desnuda de los sagrados mandamientos. Aquí se abrazan otros. Vienen en estuches que nadie ha visto antes. Toman por asalto y conducen a lugares que la magia de mi madre nunca visitó.


La mano de la hechicera busca altura. La daga exorciza la luna llena y no hay vuelta atrás. Con ojos solo para el conjuro que se avecina. No queda tiempo para despedidas. En menos de lo que le toma a un búho ulular la noche, y a pesar de que mamá siga ahí con su rectitud de emperatriz bizantina, ya no la voy a reconocer.



 

Autora: María Graciela Etchevarne


Oriunda de General Belgrano (Bs. As.). Reside en Neuquén. Profesora en Lengua y Literatura Inglesa, U.N.L.P.

Fue directora del Instituto Neuquino del Profesorado en Inglés y dictó las cátedras de Literatura Inglesa y Norteamericana.

Obtuvo su título de Especialista docente de nivel superior en educación y TIC, del Ministerio de Educación de la Nación.

“La Trama” y “La Última Foto” fueron publicadas en la antología “Plumas al viento. Brevedades escritas desde la Patagonia” de la Honorable Legislatura de Neuquén en 2013.

“El Entramado” fue seleccionado para formar parte de la antología de microcuentos 77 Brujas, de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Luján y la Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento de San Luis, en 2021.


Imagen de Laura Casaus tomada de https://www.20minutos.es/noticia/4609332/0/feminismo-y-arte-union-ante-un-sector-desprotegido/

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