Segunda Pubertad
Estas palabras no dicen nada nuevo.
Son mis murmullos internos,
entre miradas escondidas y la culpa que aún me recorre entera.
Quisiera poder susurrarte al oído que no sé cómo desearte.
Cuando te miro no me siento presa seductora,
minúscula y voluptuosa.
Me transformo en animal enorme y torpe,
que solo desea atrapar
tus caderas entre la pared y sus manos,
apartar tus rodillas con sus mejillas,
bañarse en la sinfonía de tus gemidos.
Pero no sé si está permitido entre nosotras.
Si está mal que cuando me sonríes con dulzura,
me imagino enfrente de tus labios,
perdida en el temor místico que me provocas,
lanzándome de frente a darte lo que siempre quise recibir,
con el entusiasmo abrumador de la principiante entusiasta.
Y entonces me siento implacable y egoísta, peligroso, traicionero.
No sé cómo desearte.
Si con una mirada furtiva en medio de las multitudes
tan intensa en su desespero
que un beso de despedida en la mejilla
se sienta como una supernova.
No sé cómo desearte.
Si es suficiente acercar despacio un dedo a tus labios, mis ojos en tus ojos, el silencio de la compañía mutua.
O si mi boca tiene permitido devorar a tu boca,
sin preguntas o motivos.
No sé si entre nosotras
un abrazo diga demasiado
o palabras no digan lo suficiente.
Si te pregunto así, abierta e impúdica,
¿Me enseñarás a desearte como quieres ser deseada?
Autora: Gregoria Gorbel
Nacida en Caracas, 1991.
Imagen lire tomada de acá
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