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Elogio a los culos


Son los frutos caídos del árbol de la vida.

Al tocarlos con la yema de los dedos

corre por tu cuerpo una carga eléctrica

que bien puede sustentar una metrópolis.

Grandes, pequeños, redondos, planos,

de todos los colores, de todas las formas

son dulces en cualquier época del año.

¡Presta atención! Al epicarpio

hay que besarlo con ternura,

palparlo con asombro,

morderlo con hambre,

y abrirlo. En el mesocarpio y endocarpio

la lengua ha de ser un oleaje rosa

—aunque a veces un torbellino—.

Ve lamiendo el zumo de la Gloria

que es Dios mismo sentado en tu rostro el séptimo día.

Cuidadosamente ingresa dedo por dedo,

como introvertidos invitados a un bacanal.

1, 2, 6, 10… sean todos bienvenidos, sean todos recibidos.

Así los dildos y vibradores —alfanjes dulces como su herida—.

¡Bienaventuradxs quienes tantean el Paraíso

y viven para contarlo!


 

Autor: Steven B. G. (Costa Rica, 2000)


Ha sido publicado en diversas revistas literarias como Cardenal, Palabrerías, Kametsa, entre otras. También ha sido traducido al italiano.


Instagram: @colorfullypoem_bg

Facebook: Steven BG


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