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El final del laberinto


El agotamiento estaba ganando el poco terreno que le quedaba sin conquistar. El dolor de seguir moviéndose era inmensurable, pero la salida estaba tan cerca, tan cerca al fin, que detenerse ahora era absolutamente impensable.


Unos pocos segundos de esfuerzo, y había llegado a la puerta que dividía aquel laberinto del mundo exterior. Y en consecuencia, de su tan deseada salvación.


Con el último aliento, sintiendo la conciencia escurrírsele por entre los ojos, estiró la mano y alcanzó el picaporte. Lo giró con paciencia, sabiendo que debía de ser un movimiento perfecto.


Finalmente, la puerta se abrió. Y con una sonrisa abriéndole las mejillas de lado a lado, y una lágrima tibia cayéndole por el mentón, contempló el fin de su desesperada travesía: una firme pared de ladrillos.



 

Autor: Lautaro Sorzoni.


Instagram: @x.enfantterrible


Imagen de Dalí

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