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Cárcel común


Que este mundo no es más que el infierno de otro mundo ya vivido


Termina la celebración ¿Podemos ir en paz? Pienso,

mientras ese maldito ríe entre vinos y monjas

Un obispo que nos prometió una bendición

Un juez que mató la esperanza

Me repregunto, casi a modo de consuelo

La palabra de este hijo del Sr.,

no fue más que un mal uso de aquel dios

que un día soñé ver


Otra vez el sentimiento

de la tristeza por comprender que somos

como un frágil sueño,

cual hostia desaparece en mi lengua.


Cristianos recorren cada agosto las calles de mi ciudad

Imaginé ese cuarto casi oscuro,

con una cruz brillante como centro.

Allí, donde el manto de la esperanza se perdía,

la FE presencio el acto ultrajador.

Entiendo ahora el “Señor ten piedad”

cada misa un intento de perdón

Faltaran oídos para confesar

tus miserias

Los lapachos serán testigos de la real justicia divina

Anunciamos tu muerte y no proclamamos tu resurrección


 

Autora: Delfina Acosta


Travesti del norte de la provincia de Salta. Licenciada en comunicación social.


El poema Cárcel común fuera publicado en mi perfil personal de Facebook el 12 de Julio de 2022.

Recuperado acá


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