No seré Barbie, seré real
Tener una colección de Barbies, porque ellas tienen que ser tu ejemplo. Siempre delgada, maquillada, peinada y si sos rubia mucho mejor. Con tetas más grande que tus metas y cintura más pequeña que tus sueños. Piernas largas y delgadas, como el límite entre ser una dama o una putita. El cerebro no importa, lo importante es saber usar una escoba y a los 5 años ya tenés tu primer set de limpieza. Y una cocina rosa, porque para conquistar y conservar a un hombre (siempre tiene que ser un hombre) hay que saber cocinar. No terminás el jardín de infantes y ya te impusieron un peso límite, un formato de figura, mínimos conocimientos de cocina, el sueño ajeno de ser madre y un ideal inalcanzable de supuesta felicidad que dará el ser la mujer "perfecta".
Autora del texto y la imagen: Mariana Mardones Silva
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