Fragmento de Flores a Carmelita
Vamos aclarando las cosas, Carmelita:
No quiero enamorarme de ti, quiero ser tuyo y sentirme dueño del instante que separa mis deseos de tu silueta.
No es necesario que me jures amor, lo único que quiero es tu cuerpo cabalgando en mis campos fértiles. Tus besos despertando mi delirio empapado de lujuria y las manos recorriendo mis surcos que se vuelven ríos caudalosos al contacto de tu piel.
No quiero que te enamores de mí, solo quiero ser tuyo y que te sientas dueña de los suspiros que en nuestras miradas escriben metáforas.
Eres mi inspiración más placentera, mujer de mar: disfrutemos el momento, no te preocupes, hoy no nos vamos a enamorar.
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Atrévete a vivir más allá de tus miedos, Carmelita. Por lo pronto te ofrezco todo lo que soy para que me hagas y deshagas como mejor te parezca, yo seré en tu vida lo que tú desees…
Si atraviesas mis muros liberarás la pasión que me inunda y te empaparé de besos fértiles.
Seremos náufragos en las islas vírgenes de mi pensamiento.
Moriremos una y otra vez con la piel mojada de ilusiones viejas y se llenará la arena de carcajadas inexpertas.
No buscaré ya ningún barco que me salve de tus brazos sabios después de asesinarme los prejuicios con el filo de tus labios.
Si algún día decides irte a descubrir tierras extrañas en otros mares en calma, podré seguir amándote desde mis islas, aunque me hayas vaciado el alma.
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Sé que eres terca Carmelita y mientras más te dicen no, con más razón dices que sí, ¿debo decir que no te quiero para que me quieras? Disculpa que sea tan cruel con lo que digo y te inyecte estas palabras sin anestesia, pero tengo que hablarte fríamente para ver si abres los ojos y dejas de mentirte.
No te creas única en su universo, solo eres opción.
Ese amor que te finge es el mismo que atrapa a otras víctimas de la soledad. Me causa gracia mirar a tantas mariposas volar desesperadamente hacia la luz, aun sabiendo que la muerte las espera al final del maravilloso vuelo.
Quisiera regalar toneladas de dignidad, para que dejaran de mendigar un amor inexistente, de creer en palabras y discursos tiernos estudiados y bien actuados.
Sé muy bien que su juego de seducción te controla, pero deberías aprender que su cuerpo es sólo un juguete prestado.
Yo también fui adicto a las personas vacías, por eso quisiera rescatarte de ese mundo donde sé que estás haciendo un pésimo trueque.
Ya no entregues tu amor a cambio de nada...
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Carmelita, me gusta la adrenalina, pero me volveré loco si no te tengo tres horas seguidas entre mis brazos…
Quiero amarte sin interrupciones, que la única prisa que tenga sea por medirte otra vez a besos la espalda... entrégame tu vientre para navegar en su espuma, provocar con una sola mordida a ese mar precipitado que aguarda en la quietud de tus piernas, déjame respirarte, recorrer desde la última esquina de tu espalda hasta tu cuello, saborear de nuevo tu piel mojada de inquietudes, que no se me olvide ningún rincón, que no se me escape ningún gemido, quiero mirarte a los ojos una vez más, que tu boca diga no y tu mirada grite un sí desesperado, que las manos obedezcan solo a tus instintos y la cadencia de tu cadera me convierta en tu esclavo por convicción... necesito tus susurros al oído para morir ochenta y un veces por minuto mientras descubro secretos en cada una de tus esquinas, quiero amarte sin prisa, sigue marcando mi vida con tus espinas.
“Flores a Carmelita” es un libro epistolar publicado de forma independiente en 2015 en Mazatlán, Sinaloa, México
Autora: Elizabeth Estolano Gutiérrez
Maestra de Educación Primaria frente a grupo, promotora cultural y escritora nacida en Mazatlán Sinaloa México. Estudio apreciación y guion cinematográfico, Instructor en actividades artísticas y la Lic. en Derecho. Actualmente dirige “Entresuelo” un albergue que rescata libros para llevarlos a donde los necesitan, es integrante del Coro Ángela Peralta (Soprano) y forma parte del grupo de escritores “La nave de los sueños”.
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Imagen de HARUMI HIRONAKA tomada de