Bandera sin sponsors
Ni siquiera el arraigo más pequeño puede dormir ya
En la almohada del alma de las cosas queridas.
Se ven sólo bártulos dolientes de una “derrota absurda”.
Y más absurdo nuestro amor a nosotros mismos
Diluido.
El dolor de nuestras vergüenzas irredentas
¡Tiene sponsors!
Que traman una “unión” embustera, encandilante,
Para el éxito deportivo con ofertas especiales.
La Patria disfrazada
En el fútbol, en el hockey, en el tenis o en el rugby…
El rancho de nuestras madres de la tierra
Humea irremediablemente en la tarde noche del valle
Silencioso.
Las Cenizas de la Vergüenza deberían irrumpir
En las aventuras del fetiche de la Patria
Para discutir el nivel de prioridades
De la mala sangre y la alegría.
La Patria verdadera mira de frente.
Mira a los ojos,
Y escruta,
Y pregunta con firmeza,
Y no admite evasión.
Y espera.
Espera con tan ferviente esperanza
Por su prole
Guapeándole a la fusilería apátrida,
Para responder con una explosión
Definitiva
Y hermosa.
Autor: Diego Domínguez
Imagen tomada de