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El nacimiento incontrolable


I

Las palabras se escurren de mis manos como granitos de arena me siento en un océano denso y gelatinoso

Mi brazo se acalambra al rodearme los cuervos

Se incendia mi habitación todo es real si lo expreso en oraciones interminables porque el ahora infinito y único se sucede eternamente y mi brazo ya tiene voluntad propia

La caligrafía permitiría que se trasluzcan las emociones que pesan en cada palabra al momento espasmódico que las obligó a nacer

¿Habrán sido las creaciones concebidas compulsivamente en un momento de descargo eléctrico psicotrópico elemental?

¿Saben las estrellas que al trasladarse de sus ejes transforman nuestras vidas para siempre?

II

Mientras escribo estoy sola en un pozo infinito como un agujero negro el cráter de la Luna y al mismo tiempo absolutamente poblada de decenas de personas a la vez, multiplicando las emociones y las respuestas sensoriales en un número eterno que se reproduce consigo mismo como la serpiente que se come su cola o una célula hermafrodita o tal vez un musgo de océano prehistórico de los inicios de la vida en este planeta brillante y opaco

III

Deseo permitir que esta explosión arrasadora y nacedora suceda

Esto es para que se comprenda un poquito mejor

La literatura es un lenguaje como el juego de la copa si éste fuese una guía telefónica.

 

Autora del texto y la imagen: Clara Bachur

la autora de este cuento nació en un mes frío del 98 y está actualmente buscando un trabajo soportable. estudia cine en la (i)una. le gusta pintar con acuarelas. puede (intentar) comunicarse con ella por mail (clrabachur@gmail.com). si está buscando una joven intrépida para atender una librería de usados, NO DUDE!

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