top of page

No mentiré,

me fui

creía que las cosas

eran por sí mismas,

que serían contigo

o sin ti.

El tiempo

sus lamentos.

Me rodean

memorias de amistad.

El ayer

promesas olvidadas.

Aferrarse al pasado

temor a la traición;

la introspección

verdadera amiga,

la soledad

única anfitriona.

Realidad hipócrita.

Preguntas esenciales

hoy superfluas reflexiones

la masa

desvirtuando

propósitos reales;

las respuestas a los "por qué"

vaciadas.

Debe bastar con creer

que todo saldrá bien

¿Estará bien?

No hijueputa

no está bien

no sabemos una mierda

sobre el estar bien.

Dudando

sin ayuda

y solo

como un zombi

atrapado.

Benditas simulaciones

únicos narcóticos.

Trivializarme

la píldora para la locura.

Otra parte de mí

no lo permitirá,

condenándome

con su sentencia:

¡Antes la muerte!

Sobrevolando los Andes

recuerdo el gran tabú

la gran prohibición.

El temor

el pecado mortal

desvanecido

sin rastro

bajo la sombra del olvido.

La esperanza de

una promesa,

o la sentencia de una

inacabada mentira.

Cuando esté ahí,

en esos últimos momentos,

frente a los jueces del destino,

con mis verdades empuñadas

y con el residuo de sueños inconclusos,

sabré que tuve la oportunidad

de redimir

mis pecados.

La bailarina de ensueño,

la mujer de los paisajes

la diosa de las mareas

en las que naufragué

danzará a mis espaldas.

Los eslabones de esta cadena

seguirán atando las pasiones

engendradas por mi espíritu.

El artilugio

no fue sólo de pasión,

los corazones

yacen ahora ensangrentados.

Por la efervescencia

de nuestros sentimientos,

por la verdad

que dijeron mis besos

por la adoración

que demostraron tus ojos.

Todo lo dicho

fue cierto,

toda palabra

tuvo sentido,

y las lágrimas

hijas de nuestro ser

fueron reales,

convertidas en sellos sagrados.

Secreto eterno.

Dolor, injusticia,

maravilla, pecado,

promesa, mentira,

prohibido y deseado

hermoso y fugaz

¿Sueño o realidad?

Divinos momentos

nublando la razón

sin ver más que sentimientos,

arriesgamos la eternidad

¿Por deseo?

Erizo encorvado

protegiste tu corazón

lastimando mi alma

fui víctima

fui orgullo.

No culparé tu lucidez

única forma de amar

tan brillante fue

opacando conciencias

del inminente infierno

jamás desato.

No hay culpables

¿Para qué responsables?

mira adelante

abraza al amor

esa adoración,

cuidémonos.

Nuestros corazones

reclaman tranquilidad

protégelos

vendrán a perturbarlos,

hazlo

no sólo por nosotros,

por quienes

amamos de verdad.

Te amé

te amé,

creí estar seguro

que sería por siempre

pero el olvidar fue

el único océano

obligado a navegar.

Buen viento y buena mar.

 

Autor: Álvaro Alfonso Acevedo Merlano

Álvaro Alfonso Acevedo Merlano, oriundo de Ciénaga Magdalena, creció entre el mar Caribe, la zona bananera de García Márquez y la Sierra Nevada de Santa Marta. Es etnógrafo y antropólogo egresado de la Universidad del Magdalena, Colombia; candidato a magister en comunicación y desarrollo de la Universidad Cecilio Acosta en Venezuela y maestrante en educación de la Pontificia Universidad Javeriana. Actualmente es miembro del grupo de investigación sobre oralidad, narrativa audiovisual y cultura popular en el Caribe Colombiano - ORALOTECA y miembro asociado del Grupo de investigación sobre Antropología de la Ciencia y la Tecnología de la Universidad del Magdalena - ACTUM. Hace parte de la red mundial de escritores en español: R E M E S.

Twitter: @AcevedoMerlano

Imagen de Ivan Aivazovsky

bottom of page