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Hablábamos del tiempo/ al oír tus crepúsculos, me acerqué al sonido silencioso del ocaso – la lluvia despierta mis placeres, me susurraste al oído, pero ya, la lejanía sentenciaba lo que nos faltaba. Hablábamos del espacio/ el tamaño de tu alma alcanzaba mis abrazos, corrimos las lealtades hasta llegar ahí – tu boca ya no espera. Una incertidumbre, dos, la fantasía, sólo te aclaro, nunca te he mirado con el color de mis ojos. Intensa: tus jadeos renuevan el aire de mis suspiros celestiales.

 

Autor: Rodolfo Zappino.

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