los poetas nos vamos a terminar muriendo del aburrimiento de escribir sobre el dolor
seguramente deba escarbar mucho
Por favor mundo, otra vez me encuentras pidiendo por un amigo.
mi compañero, y mi corazón abierto, tengo el mundo para dar, entero. ¿por qué todos se niegan? ¿por qué tienen tanto miedo?
recuerdo que una vez intenté describir gráficamente cómo se sentía el dolor de aquella época: era una piedra gris pesada arriba del pecho, que se sentía cuando te acostabas boca arriba en la cama. Los fantasmas no se alejan, las paredes se acercan a uno, queda ciego. se escarban las espinas, la punta se deja ver en la piel, pero ya sabíamos la enorme raíz que guardaba entre nuestras carnes. gráficamente el dolor se describe para entender, entre la niebla, otras dudas. los poetas nos vamos a terminar muriendo del aburrimiento de escribir sobre el dolor. sólo tenía ganas de reírme un poco dándole materia, imaginándomelo como cosa, entre mis brazos, rígido y pesado, para alivianarlo y acurrucarlo entre mi pecho, acariciarlo así se ablande, escucharlo así se desintegre.
la piedra estuvo años AÑOS ENTEROS acompañándome con su dulzura, amamantándose, en los rincones de los momentos cotidianos. la única hijadeputez es cuando se agrandaba en su noche. en aquellos años decir "la" noche era una pelotudez, era su noche. la oscuridad lo animaba, se alegraba, se alocaba, se tocaba y hacía que se expandiera. luego del revuelto, se alisaba sobre mi cuerpo, por el cual escucho todavía el recorrido de la sangre y las pulsaciones desde la nuca. Cerraba los párpados, vulnerable el rígido, y dejaba traspasar a mi piel nuevos mensajes de paz, de calma, del tibio abrigo que da, del tormento que costaba.
Autora: eugenia christiani