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Sala de espera


Sentir culpa después, sentir culpa y lo hago, sentir culpa si no lo quiero hacer, conclusiones, contusiones, la inmersión, la exclusión, me cruzo de vereda en cada cuadra por temor a reconocerme en otra cara y miro y espejo en el espejo me miro en el espejo te miro detrás de un vidrio te estás duchando estacas que me respiran la nuca quiero ser buena en algo quiero ser muy buena en algo quiero que me mires y me digas que soy buena.

Algún día voy a salir a un palco que es mío que sangro todos los meses para que sea mío y voy a mirar hacia adelante y hacia abajo y no me va a pesar, no me va a pesar tanto todo, supongo, espero, lloro en el cine, estoy harta de este cuerpo y de todo lo que me cuesta que me entiendas te quiero, debería hermanarme con quienes me sofocan si en realidad somos la misma persona, nos mueven las mismas cosas. Cavilando caigo dentro de las irregularidades del terreno ruedo hacia un claro despejado lleno de insectos de luces con alas me marcan una dirección yo intento ignorar la presión sobre mi cuello y la sangre que me corre entre los dedos de los pies no sé dónde está la herida dejo un rastro burbujeante me voy adentrando en el desierto el destinatario de todo este sudor observo palpita mi esqueleto denso y gelatinoso trastabillo con un médano me deslizo sobre mi pecho caliente y seseo, oigo una campanilla siendo sacudida con violencia a pocos metros, abro una puertita en mis venas con una uña mordida rasco la superficie y entro en mi torrente viajo por una vía galáctica sobre el lomo de un gusano viscoso y tibio, me lame la mano, mi mano con la pluma, mi mano con la cuchilla, mi mano con la hoz, mi mano con la tinta,

puede ser que ser honesto no sea lo correcto imágenes que hacen atragantar a los padres ellos me trajeron leerme tanto viva tan rojo no sé si los hijos sabernos muerte pero no estoy quieta, no va a importar a fin de cuentas si me escriben es con la otra mano la que no sé usar la que me pesa la que tiembla, yo quiero atravesar con realidades complicadas e incómodas, demasiados dientes, morder, gritar, escupir, todo el día con un rastrillo arañando las sienes, peinando el fondo de la piel con los molares, molusco rosado frágil y lleno de picos y pinches. Debajo del mar el agua rompió el hervor, preludio del último sacrificio, y dejá de buscar una escotilla escondida, cerrá los ojos, la escotilla está detrás de tus ojos.

 

Autora del texto y la imagen: Clara Bachur

la autora de este cuento nació en un mes frío del 98 y está actualmente buscando un trabajo soportable. estudia cine en la (i)una. le gusta pintar con acuarelas. puede (intentar) comunicarse con ella por mail (clrabachur@gmail.com). si estabuscando una joven intrépida para atender una librería de usados, NO DUDE!

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