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Cuando uno escribe sobre la noche


Cuando uno escribe sobre la noche

la percibe sola, oscura sin luna, sin estrellas,

siente el calor de la noche aun sin ser verano

como noche sedienta necesitada de lluvia.

Cuando uno escribe sobre la noche

llega un momento en que la luz de la calle

se evapora y el aire se vuelve niebla

las calles desérticas, el sonido de un búho

el ruido de los árboles por el viento.

Cuando uno escribe sobre la noche

siempre incluye los sueños,

siempre hay un sueño por contar,

aunque el protagonista sufra insomnio.

Se lo ve de espaldas alejándose

caminando a través de un pasaje

de calle antigua, adoquinada.

Uno espera que suceda algo,

se queda allí mirando la escena

mientras el extraño desaparece.

Cuando uno escribe sobre la noche

siempre incluye un sueño,

y espera que algo le sea revelado.

Aquí sólo hubo un extraño

que caminaba atravesando una calle

calle antigua de adoquines,

sin ver su rostro, alejándose

en una noche sedienta de lluvia.

Era una noche de verano

y esa noche por supuesto llovió,

lo sé, porque me tomó por sorpresa

cuando iba caminando por aquel pasaje,

antigua calle de adoquines,

mientras perseguía al extraño

que se apareció en mis sueños.

 

Autora: María Angeles Dumoulin

Nací en un pueblo de la Provincia de La Pampa. Empecé a escribir desde pequeña, en trozos de hojas que le sobraban a mi madre de sus apuntes de recetas de comidas, en hojas de la libreta del almacén, en donde encontrara un espacio, escribía. Tengo 40 años, vivo en la ciudad de Córdoba hace 22 años y soy Licenciada en Psicología graduada en la Universidad Nacional de Córdoba. En el año 2006 resulté ganadora en el Concurso Literario de Poesía y Relato para Autores Inéditos organizado por la Municipalidad de Córdoba. Fui seleccionada para integrar la antología “Poemas vivos” (2005) y “Atonalidades” (2015) de Editorial Dunken. Participé en la Revista Almiar con dos poemas en enero de 2015.

Imagen tomada de

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