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Contumanciero


Indeciso Metacarpo, el más metacarpo de los Indecisos, fritaba higos en el vestíbulo de Nefertiti, cuando la lezna sin ojo de Bakunin agarró sulfuro de wolframio de pura gana, y transmutóse en el airbag de Odín, lo que provocóle zarpullidos a Antón Pirulero e hidatidosis a Petete.

Vermífugo Pelele y Batiburrillo Piñón andaban de yuntas vistas con la Yénifer del Heliponto cuando Don Pirulo Karadajian abandonó el Lexotán.

Palatinaika Mocheta y Evasiva Balalaika se conducían magnánimemente hacia la tibia elucubración del Sacrílego Flit, y la Preconcebida Anunciación del circundito monaguillo Herodoto Pastrami, de Curticeiras, quien luego tornóse comunista y taxi boy en los arrabales de Nuevo Liechteinstein, por gracia de Colagoga Mandanga y Brown Sugar Cococho.

Azorado Malvavisco y Sinforoso Mondadiente aprovecharon el feriado en Guaratinguetá para camandulear hielo con destino a Malí, y ojos de hacha hacia las playas de Gales, sin dirimir sus disminuídas psiquis entre el wasabi de Pretoria, el escabeche de pulmón de dugongo a la Putanesca, (especialidad culinaria del Almacén "El Carlanco Alegre", de la esquina de Pol Pot y Carabobo), o el inhibido Oropel Cáustico de las catacumbas de Casiopea City.

Encajetado Pretina y Amolada Bilis conjugaban el hálito presbítero del Zarpullido Arlequín en la cañada de Tasmania Boulevard, hasta que Felisberto Forunculoso atajó la tuerca senil de la Cracovia Mezquita de Asunción, y se sublimó la tanga de Rosa Luna en los fiordos de Potosí.

Adalberto Falleba y Polichinelo Coendú, brindarán la célebre aura "El travieso escarbadiente y la cantimplora bolchevique", en la tablada del Reciclado Piripicho, de Toledo Town. Hay 2 x 1, y degustación de ravioles de seso a la entrada. Vamos?

Acariciado Pretil y Guantanamero Sifón remontaban sandías en Ruanda, cuando el PH del píloro de Don Apis Remuñán y la tarta gallega de Dalilo Dominó convocaron a la Espongiaria Candonga de las Adoratrices del Bituminoso Cerebelo.

Taciturno Toronjil lijaba pedregullo en Addis Abeba, sin percatarse de la hecatombe apoteótica de la infundíbula grecoromana de Cosquín. Pobre!

Cochambroso Malabrigo rociaba zumo de azucena en las enmoheciddas pelucas de Torquemada, en pos de hallar la correlación sináptica entre el hastío de Indrapocho Pijama, y la caramañola de Horus, hasta que cerró la fábrica de engrudo de Macondo.

Tarantello Arandelito rasguñaba los Pirineos los ratos libres de su incongruente oficio de enterrador en el Ganges, así como ensimismábase enel trunco proyecto de juglar visigodo en Kinshasha, cuando las torrejas de Tío Raquis metamorfoseáronse en olivillas de Alaska gracias a los designios de Ho Chi Min Jr.

 

Autor: Bruno Rezzano

Contacto: brezzano3@hotmail.com

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