Sin título

La literatura me salva la vida

los medicamentos se encargan de que ella no me mate.

La escritura es un constante natalicio de ambos, manifiesto en mis palabras, pegajosas y burdas.

El síntoma desaparece. Ya no importa qué, quién o cómo.

Las palabras ya ni siquiera son proclamadas; se dejan escribir inútilmente, a sabiendas de su fastidiante condición de placebo.

¡Ni siquiera se resisten o se ocultan de las jodidas interpretaciones!

Tiro relaciones entre versos y frases al aire

como quien con alegría suelta sus cargas en un precipicio, sólo que sin perspicacia alguna.

Las palabras me son muy putas, todas: verbos, adjetivos, sustantivos.

Todas se dejan y se abren como una palta madura.

Y yo acá estoy con un teclado que la revolución industrial y el capitalismo me facilitaron, dirigiéndolas arbitrariamente.

Y cada tanto hablo en plural para que ustedes se sientan parte porque eso les encanta,

y entonces aplauden mi caterva de alaridos, el flujo de mi cariño, el desprecio de mi fracaso.

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Doy pasos sobre raíces, la siembra de otras personas.

Alguien me estaba amando, yo no cambié nada de eso.

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Autora: Lara Margaritini

24 años

Recibida en la Tecnicatura Superior de Cine y Artes Audiovisuales de la ciudad de Santa Fe.

Facebook: Lara Va