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Escultura de Natalia Zinola

Soñé un exorcismo

Soñé toda la noche entre sábanas húmedas

Una molestia carnal me llegaba desde alma.

Yo y mi demonio sabíamos que habitábamos en mí, más los otros se hacían de una ignorancia de celofán, agradable pero ruidosamente indisimulable.

Yo necesitaba con urgencia una iglesia, un cura y mucho incienso

Más nadie creía que Cayambe estaba por llegar.

Con miedo enfrenté a mis miedos, con sed enfrenté el desierto interno.

Arriba de mi espalda tendían a crecer amalgamadamente más demonios

Yo les tiraba piedras, les tiraba mirra, les tiraba y los estiraba mas ellos buscaban a la madre que habitaba más adentro donde sólo los supremos.

La desesperación ante la falta de ayuda me llevó a comer tanta espinaca como pudiera. Debía hacerme fuerte, ser mi propia fuente.

Éramos mi tormenta, mis demonios y yo, en definitiva éramos:

YO

Como creadora unificadora de mis propias torturas.

Mi lucha albeldre y campestre entre el bien y el mal.

La guerra interna acababa de empezar.

Con mis magdalenas como guerreras actué de la forma más eficaz que pude para parte de la bondad.

Con mi danza como estrategia tracé el plan más macabro por parte de la hipocresía.

Pensé

Pensé

Pensé

Dormí

Esculpí

Parí

Nací

Morí

Cogí

Y sobre un tapir me fui a dormir nuevamente.

Soñé toda la noche entre sábanas húmedas

¡Odio las sábanas húmedas! Pero, aun más, detesto a la humedad misma.

Y la guerra interna ya lleva siglos de ejecuciones…

 

Autorx: NNN (Nunca Nadie Nada)

Imagen: Escultura de Natalia Zinola

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