Los Días en la Selva (I)
Llega apenas de pie
como un borracho que vuelve
de una noche interminable,
Se acuesta, junto a la niña de ojos abiertos,
con el olor todavía fresco de los hombre en la piel.
Su cuerpo es una orgía de ángeles perdidos,
y ella es una santa descarnada en harapos.
Hay demasiada gente en esa cama
para dormir un sueño de niña.
Tener una madre puta no es tan malo,
salvo cuando utiliza su desesperación
como una piedra.
Como un grito incapaz de llenar
el vacío del mundo,
pese al asco y la náusea.
Tener una madre que ha sido puta
permite alegrar cumpleaños familiares,
fiestas de fin de año y funerales inesperados
y por supuesto, encender
la más verde de las envidias sobre la mesa.
Autora: Tamara Padrón
Soy Tamara y me aburro de las cosas.
Nací en la ciudad de Lima, muy cerca del mar, pero argentina por mi viejo bahiense. Desde hace seis años vivo en San Martín de los Andes con mis dos hijos. Publiqué dos libros de poemas, Esquina sin Ochava y Andenes, algunos artículos académicos un poco delirantes y colaboré en revistas literarias y no tanto. Por estos días estoy esperando que salga al mundo mi nuevo libro, Los Días de Selva, pero es sabido que los poemarios terminan haciendo lo que se les da la gana.
Si me preguntan, sigo viajando hacia el origen.
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Imagen de Toulouse Lautrec