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Tinta de palta


El petróleo blanco

sale de un borbotón espeso

y algo desorientado,

cayendo sobre tus dulces fauces,

mojando tus labios de rubí,

chorreando sobre la sábana

pringuienta de mí.

Un rato antes bombeabas

con tu tierna boca,

mi eclipse se completaba

y tus olores salían de tu cuerpo

para encantar la habitación

y para encandilar mi alma y la de Dios.

Sentí tu brutalidad

gimiendo

en lo secreto de la noche

y mis pies se hicieron barro,

tus manos se neutralizaron

y nuestras cabelleras se prendieron fuego.

Todo comenzó con la caída de una tela negra,

con la llamada abrupta del comercio noble

de los escalones recortados,

de los estertores alumbrados,

de las calamidades planificadas

y de las lujurias arrancadas

de un mundo nuevo entre los dos.

Todo esto pienso sin pensar

y siento sin sentir

mientras observo el petróleo blanco

rodar por tus mejillas de alabastro.

 

Autor: Fredy Egon

Facebook: Fredy Egon

Imagen: Schiele

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