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Relatos de una loba III


Escultura de Nataila Zinola

7

¿Qué es al final lo que me deja tan intranquila? qué es esta ansia de querer derretirme constantemente adentro de otros ojos y dejar de ser yo para desvanecerme en esa sensación dulce de ser absorbida por el agua de una mirada ...es eso lo que quiero, o acaso cuando lo tengo quiero volver a mí , para poder dibujarme de nuevo el contorno y saber dónde empiezo y dónde termino y cómo me llamo y dónde vivo? quién me entiende? Quiero derretirme o quiero dibujarme? ahora quiero derretirme, después dibujarme, después derretirme otra vez y después dibujarme, y en el medio de todo lavar platos y comer, buscar niños en la escuela y tomar mate y trabajar...pero siempre esperando el gran momento de derretirse , fundirse en otro ser como si fuéramos los dos de agua, o de viento, o de llegada.......

8

Empiezan a soplar los vientos, los siento, las tormentas interiores, las ráfagas de hormonas como locas, perdiéndome el rumbo, soplándole a mi oído frases oscuras y estúpidamente tristes, en medio de esta tempestad en la sangre mantengo el timón firme, el norte claro, el ánimo incorruptible, hasta que pase, sin creerme ni un minuto la cantidad de depresiones que puedo llegar a inventarme en un segundo...! que pase rápido esta TPM! (*)

9

No me hables, no quiero tus palabras hoy, ríete, sí, y enredate entre mis pelos, hundite en el lado manso de mis caderas y arrastrame hasta sumergirme en una amnesia embriagadora, perdeme, empujame más allá de esta mujer, hasta la mujer que ruge selvas en la selva y arranca de arañazos la piel del sol y de los días. No me hables, no quiero saber del mundo hoy , ni de planes ni de ideas, quiero ser ballena hundiéndome en las algas, sorda avalancha de mares, no me llames por mi nombre, invocame con el perfume del bosque y de la lluvia, cerrá los ojos y dejá que la noche te recorra, nos recorra con su mano de negro terciopelo, nos hunda y nos eleve entre sus olas, dejémonos llevar como ángeles iluminados desde adentro por la sangre hasta una playa perdida donde sopla una luz de añil y viento, y desmayados en la orilla, esculturas de sal lamidas calmamente por la calma, durmámonos ajenos, entrelazados en la trama incomprensible de nuestra pequeña historia inmensa.

2014 octubre

10

Soy tu loba, tu viaje más allá de lo humano, tu fuga hacia los oscuros animales del paraíso, la que gruñe bajo el peso de tu espalda, la que tiembla de placer bajo tus garras, la que abre, la que recibe tu lengua como sangre, y se derrite en lunas sobre sábanas de arena, soy tu hembra, la sal ardiente, la piel perfumada de sudor y dinamita, enterrame tu saliva bajo el esternón y masticame el corazón como se mastica un canto. Canta mi esqueleto cuando le soplas el alma como flautas de bambú recibiendo el tiempo, me suenas, me guitarras, me templas en los poros la nota de agua, el grito del volcán, el dragón dormido que late adentro esperando por tus manos gigantes, te deseo, te sueño y te espero, para recibirte lago manso, burbujeante vientre de mar caliente, te espero para comerte y digerir en mi piel tu huella, soy tu loba, tu gata del monte, la gruta frondosa de tu pasión sin rienda.

11

En su torre de viento descansan dos cuerpos después de una batalla donde salieron victoriosos los dos bandos. Descansan y el viento se lleva sus sueños. Descansan como barcos después de la tormenta, como los sobrevivientes de un incendio, como los restos de una explosión de carne, los cuerpos lánguidos, las bocas abiertas respirando flores. Gemidos de amor aún siguen sonando, hay dedos que todavía recorren despojos erizados de una piel a jirones desarmada. Derramados sobre sábanas que de tan blancas flotan, los amantes se diluyen, disolviéndose en un mar de aire. Entrelazados, temblorosos, náufragos desnudos en la orilla del mundo.

 

(*) Tensión pre-menstrual.

Autora: Victoria Aftalión

Nacida en 1966 en Buenos Aires. Criada a sol y barro.

Música de profesión, escritora por naturaleza.

Vivió en Cabo Polonio , el Prado y el Pinar ( Uruguay).

Río de Janeiro ( Brasil).

Hace 17 años echó raíces en Florianópolis y por allí anda hasta ahora, musicando y floreciendo.

Imagen: Escultura de Natalia Zinola

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