Miguel Enrique González TroncosoEl ganadoEse día, a eso de las cinco de la tarde, hora en que los residentes de la calle Arcadia despertaban de su siesta habitual, se sintieron...
Miguel Enrique González TroncosoCalle Los suspirosCuando los hombres estacionaron la camioneta en la estación de gasolina y entraron al local para tomar café, Fernando Vivanco supo que...